miércoles, 24 de octubre de 2012

PLUMA Y DATA
Plumay_data@hotmail.com

SOBRE LAS VIAS DEL TIEMPO….




Lima se ha caracterizado por ser una ciudad de tradiciones y de emblemáticos recuerdos. Unos presentes como: los balcones, las iglesias, la quinta presa, plazuelas coloniales, barrios como el Rímac o Barrios Altos, las Tapadas, los pregoneros, los farolitos, las casonas de renombre con sus historias y leyendas, etc. Pero en toda esta larga lista de sellos limeños, chalacos y de extramuros: no podíamos olvidarnos del famoso tranvía, que fuera parte de una época y que fue aniquilado, por la esencia misma de la incapacidad y la falta de amor por lo nuestro, por parte de las autoridades que nunca han sabido conservar y cuidar los baluartes de la historia. Es mejor convivir con la historia que contarla y lamentablemente cada día tenemos mas que contar y menos que ver, salvo como se van extinguiendo las pocas cosas que nos quedan, sin que nadie haga nada por evitarlo.
Desde el año 1878, Lima ya contaba con un servicio de tranvías, que consistía en: un coche tirado por caballos pero que rodaba sobre unos rieles de metal. Luego en el año 1904, se inaugura el servicio de tranvías eléctricos, los mismos que dieran paso a una nueva página de nuestra historia y se convirtieran en parte de nuestro paisaje urbano, aportando también lo suyo en lo que ha orden y descontaminación se refieren.
Los tranvías fueron el medio de transporte popular, de la Lima de antaño. En un desafortunado comentario que leí hace un tiempo. Un poco informado paisano decía que: los tranvías eran las combis de ahora. Algo tan lejano de la realidad, pues estos vehículos transitaban sobre rieles y a una velocidad que no excedía los cuarenta kilómetros por hora y por el hecho de rodar sobre una vía fija; no podía hacer maniobras temerarias. Por su sistema de propulsión eléctrica, tampoco eran capaces de contaminar el medio ambiente y por lo tanto en aquella época; se respiraba un aire menos viciado que el que se respira hoy.
Los tranvías, lejos de ser un simple medio de transporte, pasaron ha ser parte de la ciudad. Otorgándole un aire romántico y pintoresco en donde las anécdotas y las historias cotidianas estaban a la orden del día. Hermoso sonido, aquel que anunciaba su presencia, un sonido eléctrico que imitaba el sonar de una campana, sin tono agresivo o amenazante, como los que escuchamos ahora.
El tranvía. Recorría la ciudad de sur a norte y de este a oeste, llevando y trayendo ilusiones, regalando un camino calmo y sereno a lo largo de su trayecto, respetando a la naturaleza. Unas veces besando las playas chalacas y otras acariciando las entrañas del Morro Solar de Chorrillos, atravesando el túnel de la herradura, construido especialmente para el.. Otra veces, de visita por la casa de la Perricholi, en el Rímac y también rompiendo el silencio de la noche con suave caricia por las callejuelas de los Barrios Altos como una brisa leve con aroma de jazmín arrancado a su paso de alguna casona vetusta, susurrando al viento llevando y trayendo, un mendrugo de la historia en cada ir y venir, como queriendo hacer vivir aquello que de apoco comienza ha morir. Más que una maquina, era un personaje medio real y media leyenda que tenía el alma de hierro y madera y el corazón hecho de ilusión. La misma ilusión de una chica esperando al ser amado en la ventana de su casa, afinando el oído y la vista para escuchar la mágica campanita y el retumbar de las ruedas del tranvía que traía a sus brazos al amor de sus amores en visita oficial, un domingo por la tarde, en algún lugar de las apacibles calles de…….Quien sabe donde.
A mis diez años de edad, ya practicaba el emocionante deporte de la “gorra”, que en buen cristiano quiere decir que: era un gorrero empedernido, que esperaba que el coche estuviera en marcha para emprender la carrera y colgarme del estribo, del faro o de donde sea y comenzar mi aventura de viajar al aire libre y con el riesgo de ser desalojado. Mas que una necesidad; era una pasión, la pasión de sentir la libertad y de gozar con el triunfo de haberlo logrado. De volver a nacer y de existir el tranvía; lo volvería a hacer, por ahora solo me queda esperar o quizás prenderme del estribo del tiempo y viajar a lo largo de mi amada ciudad y contemplarla desde un rincón de mi alma con calma y serenidad, esperando que algún día quienes tienen el poder, entiendan que no todo es solo recuerdos y leyendas, que hay cosas para valorar y tener en cuenta, como es el caso del tranvía, que lejos de ser algo del pasado es una necesidad del presente y una manera de hacer bien las cosas. Lima se merece un mejor trato, un transporte digno y que a la vez invite al turismo. No en vano, muchas importantes ciudades del mundo utilizan el tranvía como medio de transporte y también como una atracción turística, como es el caso de: San Francisco, Bilbao, Paris, etc.

viernes, 12 de octubre de 2012

SARAH...


Hace mas de un siglo, en una ciudad cercana a Manchester, en Inglaterra, un pueblo cuyo nombre es; Blackburn, existió una dama de esas que nacen para hacer historia. Aunque esta sea algo truculenta y desencadenante de temores, pasiones y terrores.
Aquella mujer se dice, tenia fama de practicar la hechiceria, la magia negra y todo aquello reñido con lo sacrosanto. Todo esto a pesar de su posición social, la cual era de las mejores, ya que gozaba de fortuna, respeto y reconocimiento social, casada con un prominente y acaudalado propietario de una de las empresas de hilandería mas importantes del lugar, apellidado Roberts. Cabe señalar; que en aquellos tiempos este lugar era conocido por su connotada industria textil.

Aquellas practicas poco santas no eran toleradas en aquella época por la gente que en su mayoría y muy hipócritamente; practicaban el culto religioso con mucha dedicación y apasionamiento.
Tanto es así que se desato una cacería de “brujas” en el pueblo y se apreso a dicha señora, acusándola de cargos gravissimos como son: la hechicería, adoración a satanás, Dràcula, practicar conjuros y magia negra.

Luego de practicarle un “juicio” “justo”Se le condeno a morir clavandole una estaca en el corazón, como se suele hacer con los vampiros y despues a ser quemada en una hoguera, porque según se decía; esta mujer también practicaba el vampirismo.
Su atribulado marido, no pudo salvarla de la muerte, pero si de la hoguera. Pidió que le entregaran su cuerpo para darle cristiana sepultura, cosa que fue aceptada por el enardecido pueblo. El motivo de tal generosidad humana, no estaba ligada precisamente a la compasión; se debía a que aquella mujer, antes de expirar había lanzado una maldición en la que sentenciaba : ¡ En ochenta años,juro que volveré para vengarme de todos ustedes!

El populacho enardecido y a la vez temeroso de tales maldiciones, entrego el cuerpo de la “bruja” a su esposo, con la condición de que se la llevara, lejos del pueblo, para que cuando resucitase; no pudiese llevar a cabo sus maldiciones. Pero como las malas noticias van mas de prisa que las buenas; estas habían traspasado las fronteras de Blackburn y nadie quería aceptar que sea enterrada en ningún lugar de Inglaterra,

Es así que Mister John Robert, decide embarcar el cuerpo de su esposa y efectuar una larga travesía, que llegaría a su fin en las costas del sur del Perú y mas exactamente; en el puerto de la ciudad de Pisco.
Luego de hablar y convencer a las autoridades, de que no se trataba de ninguna muerte por algún tipo de peste; algo muy temido y común en esos tiempos. Mister Roberts acompañado del sacerdote del barco que los había traído y de algunos tripulantes; procedió a dar cristiana sepultura a su esposa en el camposanto, el mismo que hasta el día de hoy es testigo y guardián de aquella alma y cuerpo, un día vinieron en busca de la paz y el descanso eternos.

Cabe señalar que: en la biblioteca de Blackburn, existe un archivo en el que esta asentada la muerte de: Sarha Hellen Roberts, en la misma fecha que se indica en su lapida. Así mismo, También se asienta que nació y vivió en el numero 25 de la calle Isherwood en el año 1872.
Todos estos datos, fueron investigados por una cadena de televisión norteamericana, que se ocupo del caso hace ya unos buenos años.


En el Perú y mas precisamente para la ciudad de Pisco, la historia cobra vida y comienza en: junio de 1993, fecha del aniversario numero ochenta de la muerte de este controvertido personaje.


Aquella noche de la víspera del 9 de junio: la ciudad de Pisco entera se movilizo, e incluso; vinieron gentes de otras ciudades incluyendo a Lima. Unos para curiosear y otros en su gran mayoría, para “impedir” Que la llamada mujer vampiro, resucitase y cumpliera su maldición.

El cementerio se colmo de personas portando collares de ajos, los mismos que colgaban en su tumba, otros portando estacas de madera para clavarlas en el pecho de la “resucitada” si fuera necesario. Las mujeres embarazadas, abandonaron la ciudad, por temor a que aquella alma perversa, pudiera reencarnar en alguna de esas criaturas que estaban por venir a este mundo.

Se efectuaron toda suerte de rituales tales como: rezos, magia blanca, rituales ejecutados por chamanes especializados en el tema y un sin fin de conjuros y plegarias.
Todo el pueblo pernocto en el cementerio y al exterior de sus viviendas: preocupados y aterrorizados por lo que podría suceder.
Había un ambiente de calma y tensión a la vez, se vivían momentos algo aterradores e inciertos por lo pudiese ocurrir.
Al fin, la media noche llego, sin que se atisbara algún signo de que algo anormal ocurriese. Las horas fueron sucediéndose unas a otras, hasta que la luz del alba se hizo presente y el amanecer se apodero del lugar, despejando los miedos y los ocultismos, que las noches suelen abrigar.

Nada había ocurrido, todo estaba en calma. El bien había triunfado sobre el mal. El alma “perturbada” de Sarah Hellen estaba curada, gracias a los rezos y rituales de todo un pueblo que imploro al altísimo por la salvación eterna.

Curiosamente, desde aquel entonces la mujer vampiro, al no haber podido regresar a la vida y cumplir con su juramento, porque había sido salvada, comenzó a recoger las plegarias de miles de pobladores que se acercaban a su tumba, para rezarle y llevarle un ramo de flores como señal de perdón y a la vez en busca de una comunión con aquella alma redimida y cercana los feudos del señor.

Sarah Hellen, poco a poco se fue convirtiendo en la preferida de los pobladores de Pisco. No hay quien vaya al cementerio a visitar a alguno de sus deudos y no pase por la tumba de Sarah, para dejarle una ofrenda.
Curiosamente, en el terremoto de agosto del año 2007 en el que la ciudad de Pisco, fue asolada y arrasada por un terremoto, que no dejo piedra sobre piedra, el cementerio también fue destruido casi en su totalidad; pero la tumba de Sarah, quedo intacta, como si nada hubiese pasado. El pueblo pisqueño, considero esto como un milagro y desde entonces su fe y fidelidad a esta alma, es cada vez mas grande. Ya se le considera una santa y se le venera como tal.

Las parejas de jóvenes, suelen desfilar ante su tumba, jurándose amor eterno y dejando placas recordatorias en su sepulcro, como testimonio de algún milagro concedido.
Esta “mujer vampiro” encontró la salvación de su alma, en tierras lejanas a su Blackburn natal y hoy es la patrona de un pueblo que la ama, respeta, obedece y venera.
Ahora se le conoce como: La Santa de los Enamorados.